Panorama Nacional. En las provincias de San Francisco de Macorís y Santo Domingo, la crisis de las instalaciones educativas se profundiza mientras las promesas gubernamentales de mejorar la infraestructura escolar quedan en papel. En el espacio «Toda la Verdad» de VTV canal 32, Odalis Castillo retrata la realidad de muchos centros a los cuales la inversión en Educación no ha llegado.
A pesar de que se ha destinado un 4% del presupuesto nacional a la educación, la ejecución real de estos fondos sigue siendo insatisfactoria. Las escuelas, que deberían ser refugios de aprendizaje, se han convertido en espacios de insalubridad y peligro para estudiantes y docentes.
Escuelas en San Francisco de Macorís: condiciones extremas de deterioro
La escuela básica María Lajara enfrenta una crisis sanitaria alarmante. Los niños y docentes deben utilizar letrinas debido a la falta de baños adecuados, una situación que persiste a pesar de las numerosas denuncias al Ministerio de Educación.
En la Padre Brea, la construcción de una cisterna al lado de un pozo séptico es un gran riesgo sanitarios. Mientras tanto, la escuela Adelaida Pérez muestra grietas en pisos y paredes, con algunos salones hundiéndose, poniendo en peligro la seguridad de los estudiantes y el personal.
Mientras, el Centro Educativo Eusebio Manzueta, por su parte, lleva más de una década esperando la construcción de un comedor, lo que obliga a los niños a comer al aire libre, expuestos a las inclemencias del tiempo.
El centro educativo Máxima Tavares también se encuentra en un estado deplorable, con filtraciones y paredes agrietadas que reflejan el deterioro progresivo de las instalaciones.
Santo Domingo Este: crisis educativa en aumento
La situación en Santo Domingo Este no es menos grave. En la Escuela Camila Henríquez Ureña, ubicada en Brisa del Este, Abel Alcántara, presidente de la Sociedad de Padres, denuncia que las aulas están construidas con Pleyboo y zinc, materiales inadecuados que se deterioran rápidamente. Cada año, las aulas deben ser repintadas debido a las goteras y la carcoma, lo que afecta el ambiente de aprendizaje de los estudiantes.
En la Escuela Pueblo Nuevo, en Los Mina, la falta de ventilación e iluminación adecuada limita severamente el proceso educativo. Con 364 estudiantes distribuidos en dos tandas, los espacios reducidos y la falta de electricidad hacen que los niños deban ser sacados al patio durante los apagones, interrumpiendo el aprendizaje.
Promesas incumplidas y falta de acción gubernamental
Rolando Reyes, Viceministro de Planificación y Desarrollo del MINERD, reconoció que el 4% del presupuesto destinado a la educación no ha llegado a todas las escuelas. Según Reyes, la demora se debe a la gran cantidad de centros educativos en mal estado y la insuficiencia de tiempo para cubrir todas las necesidades. «Estamos hablando de 7,600 centros y hay muchos deteriorados y en mal estado todavía. Entonces hay que ir priorizando en función de la densidad y la población estudiantil. En eso estamos», afirmó.
Sin embargo, estas explicaciones no mitigan la realidad que enfrentan los estudiantes y docentes en San Francisco de Macorís y Santo Domingo. La calidad educativa sigue deteriorándose, y la comunidad escolar continúa esperando soluciones mientras las condiciones en las escuelas empeoran.