Algunos expertos han discutido el potencial del distanciamiento físico prolongado para aumentar el riesgo de suicidio.
Según Reger, Stanley y Joiner (2020) la prevención de suicidio debe ser una prioridad en materia de salud pública durante esta crisis. Algunos factores que pueden contribuir al aumento del riesgo de suicidio son:
1. Estrés económico
Debido al cierre prolongado de negocios y eventos, se teme un gran golpe económico a nivel mundial. Investigaciones sugieren que el estrés económico prolongado podría vincularse con aumento de riesgo suicida (Oyesanya, Lopez-Morinigo, Dutta, 2015).
2. Aislamiento social
La teoría interpersonal (Van Orden , Witte, Cukrowicz, Braithwaite, Selby y Joiner, 2010) del suicidio enfatiza el rol clave de las conexiones sociales en la prevención del suicidio, ya que es probable que las personas con ideación suicida tengan pocas conexiones con otros y muchas veces se distancian, lo que sube el riesgo. Es por esto que preocupan las características de la mayor estrategia de prevención del contagio utilizada en esta pandemia, que favorece los sentimientos de soledad y el aislamiento.
3. Disminución de acceso al apoyo religioso y de la comunidad
Muchas personas asisten regularmente a actividades religiosas o de la comunidad que proveen apoyo social. Incluso hay datos que sugieren que las tasas de suicidio son más bajas para personas que asisten a servicios religiosos (VanderWeeler, Li, Tsai, et al, 2016). El cierre de iglesias y actividades comunitarias podría aumentar el aislamiento social y, en consecuencia, el riesgo de suicidio.
4. Barreras para el tratamiento en salud mental
Tanto el distanciamiento físico, como la situación económica, la baja importancia que se le da a los servicios de salud mental en este momento y el congestionamiento de salas de emergencia, crean barreras para que muchas personas reciban tratamiento psicológico, afectando negativamente a pacientes con ideación suicida.
5. Enfermedad y problemas médicos
Varias enfermedades físicas han mostrado una asociación con la conducta suicida, especialmente en personas mayores (65 años en adelante): discapacidad funcional, enfermedades malignas, trastornos neurológicos, dolor, enfermedades del hígado, enfermedades genitales en hombres, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y artritis (Mellqvist Fässberg, Cheung, Canetto, Erlangsen, Lapierre, Lindner, Draper, Gallo, Wong, Wu, Duberstein y Wærn, 2016).
6. Resultado de la ansiedad nacional
Como hemos mencionado en artículos anteriores, la exposición a las noticias actualmente puede ser un factor que aumente los niveles de ansiedad. Esto a su vez podría ser una dificultad adicional para personas con problemas preexistentes de salud mental (como depresión).
7. Riesgo de suicidio para profesionales de la salud
Muchos estudios han documentado altas tasas de suicidio en personal de salud, especialmente para las mujeres (Dutheil, Aubert, Pereira, Dambrun, Moustafa, Mermillod, Baker, Trousselarf, Lesage y Navel, 2019). Estos datos provienen de estudios anteriores a la pandemia. Actualmente el personal de salud se preocupa por estar expuestos al virus, contagiar a familiares, por sus colegas enfermos, por la falta de equipo de protección, hospitales llenos y estrés laboral.
Según los autores, a pesar de la cantidad de factores preocupantes que se juntan en esta pandemia, hay oportunidades de mejorar los esfuerzos de prevención del suicidio. Esto incluye mantener algunas medidas como:
Reger y colegas notan un lado positivo de la situación actual: luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 las tasas de suicidio disminuyeron en Estados Unidos. Tal vez luego de esta crisis pueda suceder algo parecido. Una hipótesis explica que podría deberse al efecto de unión, donde sujetos que pasaron por una experiencia compartida se apoyan de forma mutua fortaleciendo la conexión social (alentador, considerando que se trata del mundo entero pasando por lo mismo). Adicionalmente, la tecnología actual facilita la integración y unidad. Por último, las epidemias y pandemias pueden cambiar la perspectiva de las personas sobre la salud y la muerte, haciéndoles apreciar más la vida y disminuyendo el riesgo de suicidio.
Independientemente de esto, debemos estar preparados para un posible incremento y mejorar nuestros servicios de prevención durante la crisis.
Referencia: Reger MA, Stanley IH, Joiner TE. Suicide Mortality and Coronavirus Disease 2019—A Perfect Storm? JAMA Psychiatry. Published online April 10, 2020. doi:10.1001/jamapsychiatry.2020.1060
Fuente: JAMA Psychiatry