“Hoy (sábado) tengo 19 días aislado en mi casa. Mi vida ha cambiado del cielo a la tierra desde ese día que me diagnosticaron positivo al coronavirus. No he salido más de la habitación, he estado aislado, en soledad. Todo me lo traen a la puerta”.
Se llama Ángel (nombre ficticio) y es un arquitecto de 33 años que, desde el 17 de marzo le ha tocado vivir en carne propia las dolencias que provoca la enfermedad, aunque la peor parte, manifiesta él, ha sido el distanciamiento social de su esposa embarazada, y el no poder abrazar a sus dos hijos; uno de cinco años y el otro de diez meses de nacido.
A pesar de su dificultad respiratoria, y su voz forzada, mantiene la comunicación con su compañera y ve a sus hijos a través de las videollamadas.
Su esposa ha sido su principal apoyo en el día a día de la enfermedad. “En la mañana ella me toca la puerta y me deja las cosas ahí en la entrada. Cuando me voy a bañar y necesito algo, nos comunicamos por teléfono. Todo lo que yo uso, lo pongo en un recipiente en la entrada de la puerta. Ella le rocía desinfectante y después lo lava”, relata.
Crítica al sistema
El paciente tiene quejas del sistema, debido al poco respaldo que ha recibido de las autoridades de Salud Pública.
“Cuando yo fui a un centro y me hicieron la prueba, me dieron un documento y me mandaron a aislarme en la casa. Dijeron que reportaron a Salud Pública, que me darían seguimiento en casa y que vendrían a tratarme, pero eso nunca se dio”, denuncia.
Asegura que cuando su situación de salud empeoraba, su compañera hacía el intento de comunicarse con Salud Pública, sin embargo cuando lograba el contacto, le respondían “hablándole mal”.
Gracias a la solidaridad de amigos y familiares ha conseguido algunos medicamentos con los que se está tratando. “Una tía me envió el tratamiento de Oxi Cloroquina y azitromicina, que es el tratamiento que estoy utilizando”, relata.
El paciente deplora el hecho de que es un ciudadano que paga impuestos y seguro de salud, sin embargo, en el momento que más lo necesita, le han dado la espalda.
“Cuántos médicos tenemos en este país, no me digas tu a mí que, yo pagando seguro, pagando impuestos, no me pueden atender en un centro médico, y yo tener que venir a mi casa, a riesgo de contaminar a mi familia”, se cuestiona.
Hizo un llamado a las autoridades: “Que se pongan en el lugar de las personas que estamos pasando por esto. Que sepan que ellos tienen familias, que sean más consientes. Que sepan los médicos que ellos hicieron un juramento para atender a las personas, que dejen el miedo y que hagan el trabajo para el cual ellos estudiaron que fue para ayudar a las personas, no solo para cobrar un sueldo”.
Fuente: Diario Libre.