Panorama opinión. La migración ilegal de haitianos hacia la República Dominicana ha generado un escenario complejo y, a menudo, caótico, que plantea desafíos significativos para ambos países involucrados. Esta situación no solo resalta la necesidad urgente de políticas migratorias eficaces, sino que también demanda un enfoque que respete la dignidad y los derechos humanos de los migrantes.
Recientemente, en un conversatorio titulado «De la Política Migratoria Guatemalteca al Reclutamiento Ético y Derechos de las Personas Trabajadoras Migrantes: Una Coordinación Interinstitucional y Multisectorial», el presidente del Parlamento Centroamericano (Parlacen), Ramón Emilio Goris Taveras, abordó este tema con una perspectiva crucial. Goris Taveras enfatizó que «la migración no es un crimen», una afirmación que desafía las nociones erróneas y simplistas que a menudo criminalizan a los migrantes en lugar de comprender sus circunstancias.
El presidente del Parlacen destacó que la migración es impulsada por factores diversos, como presiones económicas, climáticas y políticas y no puede ser vista únicamente a través de una lente criminal. Esta visión es fundamental para superar las políticas que tratan a los migrantes como delincuentes en potencia, en lugar de personas que buscan mejorar sus condiciones de vida.
El enfoque propuesto por Goris Taveras implica que la migración, incluso cuando es irregular, debe ser gestionada con políticas que respeten los derechos humanos. En lugar de recurrir a medidas punitivas y represivas, es crucial desarrollar leyes y regulaciones que permitan una migración ordenada y segura. La experiencia reciente como las embarcaciones de migrantes en el Mar Mediterráneo y las caravanas centroamericanas en los EE.UU., demuestra la necesidad de una gestión más compasiva y estructurada.
El Parlacen bajo la dirección de Goris Taveras, se ha comprometido a promover políticas migratorias que respeten los derechos de los migrantes, utilizando la reciente Política Migratoria en Guatemala como un modelo a seguir. La idea es adaptar estas prácticas a nivel regional para abordar mejor los desafíos que enfrentan tanto los migrantes como los países receptores.
En cuanto a la crisis específica entre Haití y la República Dominicana, Goris Taveras subrayó la importancia de que la República Dominicana reciba el apoyo necesario para enfrentar este problema de manera efectiva. La migración desordenada ha creado tensiones y dificultades significativas, pero abordarlas con una perspectiva basada en los derechos y la dignidad puede ofrecer soluciones más humanas y sostenibles.
En suma: la migración ilegal de haitianos hacia la República Dominicana es un desafío complejo que requiere un enfoque matizado y humano. El llamado del presidente del Parlacen para no criminalizar la migración y para implementar políticas que respeten los derechos humanos es un paso importante hacia una gestión migratoria más justa y efectiva. Solo a través de un enfoque comprensivo y respetuoso podremos resolver las tensiones actuales y construir un futuro mejor para todos los involucrados.