Panorama Entretenimiento. -Cuando le pregunto al creador de la exitosa serie coreana “El juego del calamar” sobre las noticias que dicen que estaba tan estresado mientras filmaba la primera temporada, que perdió seis dientes, rápidamente me corrige. “Fueron ocho o nueve”, dice riendo.
Hwang Dong-hyuk me habla en el set mientras filma la segunda temporada de su thriller distópico de Netflix, en el que cientos de concursantes cargados de deudas luchan por un enorme premio en efectivo, en una serie de juegos infantiles de vida o muerte.
Pero una segunda parte de la serie no siempre estuvo en sus planes. En un punto, juró, no la haría.
Dado el estrés que le ha causado, le pregunto qué lo hizo cambiar de opinión.
“La plata”, responde, sin dudarlo.
“Aunque la primera serie fue un gran éxito mundial, honestamente no gané mucho”, me dice. “Así que hacer la segunda temporada también me ayudará a compensar el éxito de la primera”.
“Y no terminé la historia del todo”, agrega.
La primera temporada de la serie fue el programa más exitoso de Netflix hasta la fecha, y puso a Corea del Sur y sus dramas televisivos en la escena internacional. Su comentario oscuro sobre la desigualdad tocó la fibra sensible de los espectadores de todo el mundo.
Pero después de haber matado a casi todos los personajes, Hwang ha tenido que empezar desde cero, con un nuevo elenco y una nueva serie de juegos, y esta vez las expectativas de la audiencia son altísimas.
“El estrés que siento ahora es mucho mayor”, dice.
Tres años después de que se emitiera la primera temporada, Hwang es aún más pesimista sobre el estado del mundo.
Hace una referencia a las guerras actuales, al cambio climático y a la creciente brecha de riqueza global. Dice que los conflictos ya no se limitan a los ricos y los pobres, sino que se desarrollan intensamente entre diferentes generaciones, géneros y bandos políticos.
“Se están trazando nuevas líneas. Estamos en una era de nosotros contra ellos. ¿Quién tiene razón y quién no?”