El humor en República Dominicana ha experimentado una transformación notable a lo largo de las décadas, adaptándose a las nuevas realidades sociales, culturales y tecnológicas. Desde los inicios de la radio con personajes icónicos como Macario y Felipa, hasta el auge de las redes sociales y los podcasts, el humor dominicano refleja no solo la creatividad de sus exponentes, sino también la idiosincrasia y el espíritu del pueblo.
El dominicano es intrínsecamente humorista, y ha aprendido a aderezar la realidad sociopolítica con ocurrencias. Sin embargo, esto no significa que sus inicios hayan sido repentistas. Según el actor dominicano Richard Douglas, su origen fue mucho más estructurado. “El humor en la República Dominicana no nace del repentismo; nace de la estructura programática del humor, como se hace en el teatro tradicional, en el teatro de escuela que fue cuando Macario y Felipa. Después vino otra pléyade de actores cómicos, encabezados principalmente por Freddy Beras Goico, que generó un nuevo estilo de humor que es el repentista”, destacó.
La radio fue el primer medio que permitió la difusión masiva del humor en el país. En la década de 1950, tomaron auge los personajes Macario y Felipa, interpretados por Luis Mercedes Miches y Toña Colón, considerados pioneros del humor criollo. De acuerdo a documentos de la época, salieron por primera vez al aire el 11 de noviembre de 1946 en el programa Romance Campesino. Antes, el programa radial había sido transmitido por La Voz del Yuna, con el cuadro de comedia que dirigían Colón y Miches.
La historia del humor se desarrolló primero en la radio, marcando sus inicios en las ondas hertzianas con el talento nacional en los años 40. Rafael Tavárez Labrador, conocido como Paco Escribano, es considerado “el decano del humor en Santo Domingo”. A este le siguió Don Poli con las cosas al día, conducido por Fabián Damirón, un programa de corte humorístico que atacaba el gobierno de Balaguer y luego Freddy Beras Goico, Milton Peláez y Cuquín Victoria transmitieron El show de noticias, al que se sumó Felipe Polanco. Tuvo tanta aceptación que posteriormente fue llevado a la televisión.
Romance Campesino sería el primer programa que se proyectó en la historia de la televisión dominicana, el 1 de agosto de 1952, en la Voz del Yuna, de Arismendy Trujillo (Petán). Era una serie de comedia que recreaba la vida campesina con Macario y Felipa como los personajes principales. Luego se agregaron dos personajes más jóvenes, Ciriaca y Felipito (María Rosa Almánzar y Julio César Matías). María Cristina Camilo fue la presentadora del cuadro de comedias, convirtiéndose en la primera mujer dominicana en aparecer como presentadora de un programa de televisión.
Estos personajes se convirtieron en íconos de la comedia. Macario, con su astucia y picardía, representaba al hombre común dominicano, mientras que Felipa, su esposa, aportaba una visión femenina llena de ingenio. Juntos, se convirtieron en símbolos de la cultura popular, abordando temas cotidianos con un humor que resonaba con el pueblo. Este dúo no solo entretuvo, sino que también sirvió como crítica social, reflejando las tensiones políticas y sociales de la época.
La familia Mala Punta estuvo representada por estos actores junto a José Antonio Estévez, Juan Antonio Cruz y Rosita Saladian, mejor conocida como Cirita, según narra el libro Por amor al arte del cantante e historiador dominicano Arístides Incháustegui.
La Voz del Yuna empezó sus transmisiones de radio en Bonao. En 1953, cambió su nombre por el de Palacio Radiotelevisor La Voz Dominicana, desde donde se realizaban transmisiones por radio y televisión. Este tipo de humor era parecido al que se destacaba a nivel internacional, como el personaje de Trespatines, interpretado por el comediante cubano Leopoldo Fernández, quien se convirtió en un fenómeno en toda América Latina.
Con la llegada de la televisión, el humor dominicano dio un salto cualitativo, presentando un formato más visual y dinámico que acercó el humor a las familias dominicanas. La televisión permitió a los comediantes conectar de manera más directa con su audiencia, utilizando la gesticulación y la improvisación.
Uno de los referentes más queridos de esta época fue El Show del Mediodía, que se convirtió en un termómetro de la actualidad dominicana. La combinación de comedia, música y entrevistas hizo de este programa un pilar en la televisión nacional. El Show del Mediodía (Color Visión), con 50 años de transmisión, fue uno de los principales espacios que dio cabida al talento y donde nació un elenco de humor que hizo reír al pueblo dominicano, especialmente en las décadas de los 70 y 80. Freddy Beras Goico, Milton Peláez, Julio César Matías (Pololo), Cuquín Victoria, Cecilia García, Estela Cuesta, Felipe Polanco (Boruga), Luisito Martí, María Rosa Almánzar (Cirita), Ana Hilda García, Angelita Curiel, Aura Juliao, Soraya María Castillo (Cachita) y Ramón Asencio, entre otros, formaron el elenco de humor más prestigioso que se haya visto en la televisión.
Segmentos como La política es un arte, La encuesta y las comedias que dieron vida a personajes populares como “Balbuena” de Luisito Martí, “Cachita” de Soraya María Castillo, “Altagracia” de Cecilia García, “Linares” de Roberto Salcedo, “El Poeta” y “Mi Loco” de Julio César Matías, “Vicente el imprudente” de Cuquín Victoria, entre otros memorables, son hoy el estandarte del humor más completo y de la capacidad del “repentismo” cultural que caracteriza a nuestros comediantes.
Encabezado por Freddy, en el programa Punto Final nació la famosa comedia La Escuelota y su característico personaje político “Morrobel” de Freddy Beras Goico; “Elvin Vinicio” de Felipe Polanco y “Plácida”, de Nany Peña. En los años 80, se abrió paso a una nueva generación del humor en Rahintel, aunque no logró permanecer. Bajo la tutela de René Fiallo, destacaron personajes como Ángel Muñiz, Juan Carlos Pichardo, Raúl Grisanty, Dulce María Brea “La Monchichy” y Héctor Sierra.
Con la integración de Roberto Salcedo como productor de televisión, el humor también tuvo sus momentos de gloria en espacios como Perdone la hora y 7×7 Roberto, donde se destacaron Manolo Ozuna, Tony Sanz, Roberto Ángel Salcedo, Luis José Germán, Irving Alberti, Hony Estrella, Raymundo Ortiz y María del Carmen Hernández. Este elenco se caracterizó por llevar a la pantalla series de humor que desarrollaban diferentes tópicos de la historia dominicana.
A inicios de los 90, Telemicro emergió como una nueva alternativa de la televisión que le permitió a varios jóvenes de sectores populares iniciar una carrera en el humor, incluyendo a Félix Peña, Rafael Alduey, Bolívar Díaz, Johnny Puezan, Wilson Díaz, Fausto Mata, Raymond Pozo, Miguel Céspedes, Cheddy García, Tony Pascual, Raúl Rodríguez Maceta, Lumy Lizardo, Oscar Pérez, William Díaz, Fifi Almonte, Jacqueline Estrella y muchos más.
La llegada de Internet y las redes sociales revolucionó el panorama del humor dominicano. Con plataformas como Instagram, Facebook y TikTok, nuevos talentos comenzaron a surgir, aprovechando la inmediatez y el alcance de estos medios. Comediantes como Juan Carlos Pichardo, con su personaje “El Mañanero”, han logrado captar la atención de una audiencia más joven, utilizando un humor fresco y accesible.
Los memes y videos cortos se han convertido en una forma popular de expresión humorística, comentando desde situaciones cotidianas hasta eventos políticos de manera ingeniosa y divertida. Este formato ha permitido que el humor dominicano se viralice y llegue a públicos más amplios, tanto a nivel nacional como internacional.
Pese a que la primera película que se realizó en el país fue un drama, La silla de Franklin Domínguez en 1963, el humor es el género de más éxito en las salas de cine en República Dominicana. La primera comedia en rodarse fue Nueba Yol: Por fin llegó Balbuena en 1995, protagonizada precisamente por Luisito Martí. A partir de ahí, se han realizado numerosas comedias. Roberto Ángel Salcedo ha sido uno de los que más filmes humorísticos ha llevado a las salas. El séptimo arte se ha convertido en uno de los escenarios en los que el humor tiene mayor presencia. Entre los humoristas que se ven con frecuencia en la pantalla grande local están Cheddy García, Fausto Mata, Miguel Céspedes, Raymond Pozo, Manolo Ozuna, Cuquín Victoria, Kenny Grullón, entre otros.
Hoy en día, el humor dominicano no solo es un medio de entretenimiento, sino también una herramienta de crítica social y un espacio para la reflexión. A medida que avanzan las tecnologías y cambian las plataformas, es probable que el humor continúe evolucionando, siempre con la risa como su principal motor. La historia del humor en la República Dominicana es, sin duda, un viaje fascinante que seguirá escribiéndose en las próximas décadas.