Panorama Internacional.- Tal como ocurrió en la primera vuelta del pasado 27 de octubre, este domingo el ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, acudió a primera hora para votar en el balotaje que celebra el país sudamericano para elegir a su próximo jefe de Estado.
Tras emitir su voto, el líder de la izquierda uruguaya dialogó con la prensa. Adelantó que el próximo gobierno deberá negociar, ya que ni Álvaro Delgado (Partido Nacional) ni Yamandú Orsi (Frente Amplio) tendrán mayoría en el Congreso, y destacó la estabilidad institucional del país.
Asimismo, volvió a cuestionar a los regímenes autoritarios, y se refirió a las relaciones con el gobierno argentino de Javier Milei.
Mujica aseguró que -pese a ser pequeño- su país se ha ganado el reconocimiento de ser estable y tener una ciudadanía que respeta las formalidades institucionales, algo que no es poca cosa “en una pobre y golpeada América Latina”.
“Eso lo tenemos que cuidar entre todos”, remarcó Mujica, quien sostuvo que lo más fácil es patear y deshacer todo.
Según opinó, el clima que se vive en la campaña electoral lleva a que inevitablemente se “exacerban los ánimos”.
Pese a esto, afirmó que el próximo Gobierno va a tener que tener la capacidad de crear un clima que permita acercamientos para negociar e intercambiar. “El gobierno que venga, sea cual sea, va a tener que tener capacidad de crear un clima que permita acercarse a negociar e intercambiar. Un clima como cuando estaba (Alejandro) Achugarry de ministro (durante el gobierno de Jorge Batlle). No quiere decir que coincidiéramos sino que nos respetábamos. Hablamos a cada rato”, recordó respecto a quien fue ministro de Economía durante la crisis del 2002.
“Delgado nunca llamó a nadie para hablar. Capaz que lo va a hacer. En el Parlamento conversábamos fenómeno” pero cuando fue gobierno no, cuestionó en referencia al candidato del oficialismo, que durante buena parte del gobierno de Luis Lacalle Pou fue secretario de la Presidencia.
En medio de su lucha contra el cáncer, también se refirió a su situación personal. “No tengo más nada que esperar. Mi futuro más próximo es en el cementerio, por razones de edad. Pero me interesa la suerte de ustedes, de los jóvenes. Que cuando tengan mi edad van a vivir en un mundo muy distinto”, reflexionó.
“Tener plata para meter en la cabeza de los chiquilines (jóvenes) para que estén a la altura de la sociedad del conocimiento. Porque si no, como dice Harari, vamos a pertenecer al mundo de los irrelevantes. El mundo está cambiando”, agregó.
Mujica también se refirió a la situación internacional y al régimen de Nicolás Maduro. “No me gusta el totalitarismo. Si estás con la democracia, estás con la democracia. No podés estar un poquito o un poquito no”, dijo.
En esa línea, se refirió a la relación con el gobierno del presidente argentino Javier Milei: “Hay que tratar de que sea lo mejor posible, pero es difícil (…) Por ejemplo, la medida de la Cuenca del Paraná, subiendo los peajes enormemente, nos castiga a nosotros y a Paraguay, es bravo”.
“Lo de Milei es de los argentinos, no es un problema en el que nos tengamos que inmiscuir. Es un semejante país que no lo vamos a cambiar nosotros, pero como los países no se mudan, tenés que tratar de tener la mejor relación posible, sea el gobierno que sea”, añadió.
Poco más de 2,7 millones de uruguayos están llamados a las urnas para elegir entre una de las dos fórmulas: la del oficialismo (Álvaro Delgado y Valeria Ripoll) o la de la oposición (Yamandú Orsi y Carolina Cosse).
Para convertirse en el sucesor de Luis Lacalle Pou al candidato ganador le bastará con obtener una mayoría simple. Quien obtenga la victoria gobernará Uruguay entre el 1 de marzo de 2025 y el 1 de marzo de 2030.