Actualidad Reportaje

Ellas sientan precedentes de osadía e innovación en el mundo masculino

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El duro trajinar de la mujer en campos de trabajo tradicionalmente de hombres. Un camino más lleno de espinas que de rosas para hacer y resaltar.

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Romper los cánones o reglas establecidas en República Dominicana, es un crimen de lesa humanidad contra el machismo rampante y flagrante, que, sin ser delito, obstaculiza el paso de mujeres con más “braguetas” que muchos hombres.

En este mes de marzo, en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, Panorama honra a esas mujeres que han incursionado en tareas hasta hace poco reservadas a ellos.

Encontrar, por ejemplo, a una mujer haciendo trabajos de albañilería a destajo –“tira mezcla”, como dice Carolina Reynoso Adames–, era impensable hace varios años.

Manejar maquinaria pesada, tractores, camiones recolectores de basura, tampoco podía imaginarse. Hoy, ellas han sentado y sembrado el precedente de que la mujer dominicana puede, cuando quiere y las circunstancias lo exigen. No es un asunto de elegir, sino de desafiar las trabas económicas y sociales impuestas. ¡Y lo han logrado!

Ellas mismas han adoptado en un medio laboral exclusivista, la inclusión a fuerza de golpes de sol, agua, sudor y a veces, hasta de lágrimas para lograr la aceptación. Se han apoderado de un segmento de trabajo, que a veces las mira de mala manera, y otras veces, aplauden su poder de decisión y determinación.

Aunque se debe reconocer que, de un tiempo a esta parte, la situación ha cambiado. Han logrado su espacio, su trabajo, y este mérito hay que reconocerlo.

Datos importantes e interesantes

El Informe de situación macroeconómica del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD), correspondiente a enero de 2024, precisa que, “por rama de actividad económica los hombres dominan en siete de 12 categorías, con una participación superior al 80 % en las actividades de construcción, agricultura, transporte y electricidad. Las mujeres dominan en las cinco categorías restantes, exclusivamente en actividades de servicios como la salud, educación y turismo”.

El documento también destaca que “la evolución de la PEA (Fuerza de Trabajo) con respecto a la participación de hombres y mujeres no ha experimentado cambios significativos en los últimos años, excluyendo el período de la pandemia”, cuando el mundo colapsó, y ellas asumieron los riesgos.

“En República Dominicana y en el mundo, la última década ha sido pródiga en convulsiones económicas que han afectado los fundamentos de las economías nacionales y personales. Las crisis financieras han comprometido la estabilidad económica de los países y los limitados logros acumulados en el bienestar de las familias”, dice el Boletín de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), 2019.

Poco a poco, a pasos lentos pero firmes, la mujer ha ido ocupando espacios en el mundo laboral tradicionalmente de hombres, conjugando su labor con las actividades cotidianas de ser madre, jefa de hogar y la que provee el sustento. Es una labor ardua y dura, pero ha sabido conjugar todos los roles.

Entaponamiento vehicular

El mundo del trabajo es el espacio donde se genera la mayor parte de los ingresos de los hogares y además las desigualdades inherentes a su distribución, indica el informe “Oportunidades y desafíos para la autonomía de las mujeres en el futuro escenario del trabajo”, de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), organismo de la ONU, realizado por Iliana Vaca Trigo en 2019.

Ciertamente, los desafíos que enfrenta la mujer en el mercado laboral son muchos, y al respecto, el informe de la CEPAL expresa que: “los mercados laborales de la región y de manera muy específica República Dominicana, presentan marcados sesgos de género entre los que destacan una menor participación de las mujeres en el empleo, su concentración en sectores económicos y ocupaciones de menor productividad y menores niveles de ingresos”

De igual manera opina el economista en jefe y vicepresidente senior de Economía del Desarrollo del Banco Mundial, Indermit Gill, al manifestar, “las mujeres tienen el poder de dar un fuerte impulso a la tambaleante economía mundial. Sin embargo, en todo el mundo, las leyes y prácticas discriminatorias les impiden trabajar o poner en marcha negocios en igualdad de condiciones con los hombres”.

Es por esto, que la labor de estas mujeres que presentamos en Panorama, cobra mucho más fuerza y valor por haberse atrevido a incursionar, resaltar y arriesgarse a realizar trabajos impensables para ellas, es decir, tareas consideradas como “masculinas”.

“¡Mujeres al poder! sííí…pueden, yo manejo bien, si yo pude…, tú también”

El ejemplo de Santa Isabel Francisco Cabrera no tiene parangón. Un hito para la mujer empoderada. De ser graduada en locución, educadora y trabajar en Desarrollo Social en el ayuntamiento de Santo Domingo Este, una oficina bajo aire acondicionado, se entera de que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), junto al Ministerio de la Mujer, están implementando un programa de inclusión para mujeres, en el área del manejo de maquinaria pesada y camiones compactadores y recolectores de desechos sólidos.

Al enterarse del programa, se presentó como candidata y obtuvo su oportunidad. A este respecto, en una metáfora muy ilustrativa, dice, “no sabían que el oro negro estaba en la oficina”, refiriéndose a que sus compañeros de trabajo no pensaban que iba a postular.

Y así, se convirtió ¡en la primera mujer en Santo Domingo Este! en conducir, no solo vehículos recolectores de basura, también conduce patanas, gredas, palas mecánicas, Bobcat –esos pequeños artilugios adheridos al camión que levantan los desechos y los depositan dentro del recolector–, y ni qué decir de las motoniveladoras.  Ya son más de una decena hoy día las que se han insertado en este duro trajinar.

Usaid

Esta madre soltera de un hijo de 16 años, con gran orgullo manifiesta que la Alcaldía de Santo Domingo Este, es el segundo “en el mundo en tener una flotilla de mujeres al servicio de la recolección de desechos sólidos y el primero en servicio a la comunidad”, desde el proyecto iniciado durante el gobierno local de Manuel Jiménez, y al que más y más mujeres se suman a la iniciativa, que ha conseguido un sitial de honor entre la inclusión de mujeres en áreas tradicionales de los hombres.

Una mujer que salió de la comodidad de una oficina, para ser ejemplo y guía de otras, para quien, “mi marido es el camión recolector y compactador”, no merece más que el agradecimiento y reconocimiento de toda una comunidad. Ella es Santa Isabel Francisco Cabrera.

Casualidad, reto, desafío. Rompen esquemas, surgen y se destacan

Carolina Reynoso Adames, de 35 años, nació el 27 de febrero de 1990, Día de la Independencia, quizás por eso eligió esta profesión, por la independencia que le brinda, aunque a veces, como hoy, está sin hacer nada. Esta “tira mezcla”, ahora “vaga” –sin trabajo–, es madre de tres hijos, reside en el populoso sector de Los Guandules. Ella se dedica a la albañilería desde antes de nacer su primer hijo que tiene 18 años.

Ha trabajado en la remodelación del edificio de Relaciones Exteriores, la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), como parte del equipo de maestros constructores y de reparación del sistema de alcantarillado del Distrito Nacional y del Barrera de Salinidad en Santo Domingo Este. También ha hecho y hace edificaciones en los sectores de Villa Mella, Las Cañitas, Los Guandules y La Ciénaga, en Guachupita. Ella es un ejemplo de la mujer humilde que decide desplegar las alas y volar.

Sus inicios fueron por pura casualidad y una apuesta a que sí podía. “Una vez, estaba conversando con un amigo, que era albañil, le dije que me gustaría hacer eso. El me dijo. Te hago un reto, hazlo, te ayudo y te enseño el oficio”. Se le encendió el fuego del reto y la oportunidad de demostrar que sí podía mejorar su calidad de vida. Vive su trabajo, le gusta ser “tira mezcla” y hoy, es maestra constructora, sin haber estudiado el oficio. El ejemplo de la mujer humilde, que decide enfrentar lo que venga y como venga.

Actitud, aptitud y alegría, así se asume la situación

Maracucha, así se autodefine esta venezolana que llegó al país en 2016, desde su natal Maracaibo, en el caribeño estado de Zulia. Es la jefa de más de 30 técnicos expertos en auto refrigeración en la empresa Global Refriauto en el ensanche Quisqueya, del Distrito Nacional.

Inspectora de calidad de los trabajos terminados, tiene un día a día agotador, pero su actitud, aptitud y alegría, ha conquistado el entorno laboral y de la clientela que acude a diario a chequear los acondicionadores de aire en la empresa.

Cuarenta y tres años, tres hijos, 25, 22 y 7 años, el último dominico-venezolano, el diario trajinar nos encuentra con ella, trepando a “La Mula”, una de las grúas más grandes y poderosas, para chequear cómo anda la situación.

Fuerte, dura, pero también sensible, ha sabido lidiar con el día a día masculino, ya que, como jefa y mujer, la única en el taller, la convierten en el eje y guía de todos los empleados que dependen de sus órdenes.

“Fulano, busca el coolant –enfriador– rojo para este vehículo, al otro, le ordena medir la presión del aire”, y al final, se encarga de todos y cada uno de los vehículos que llegan al lugar. Es otra de las mujeres que se insertan en labores de hombres y lo logran. ¡De qué manera! Es otro ejemplo de que el tesón y la tenacidad conquistan espacios y lugares.

También ella, como muchas otras, constituyen el ejemplo palpable de que la mujer se empodera e incursiona con éxito, en los caminos y trabajos reservados a los hombres.

Tras los rastros y restos de Cleopatra, ella ha hecho historia. Kathleen Martínez

Kathleen Martínez, la dominicana que se adentró por los oscuros laberintos bajo tierra de los templos egipcios buscando la tumba de Cleopatra, la mítica faraona de la familia de los Ptolomeos para descubrir los secretos que encierra. Taposiris Magna, la ciudad-templo escondida bajo la ardiente arena del desierto del Sahara, fue el escenario escogido por esta mujer, nativa del lugar del mundo situado en el mismo trayecto del sol.

Su pasión por Cleopatra, la llevó a autofinanciar la primera expedición en las catacumbas egipcias de este inhóspito lugar, para apropiarse de un título. Primera dominicana detrás de las huellas de la mujer que se adueñó del mundo, apabullando al todopoderoso imperio romano.

Desde el calor tropical a las cumbres nevadas del mundo

Thais Herrera, una pionera hecha a base de lágrimas y dolor. El drama de una pérdida, te estigmatiza o te levanta, en este caso, la muerte del esposo llevó a esta mujer a escalar las más altas cumbres del mundo, hasta convertirse en la primera mujer ¡y dominicana tenía que ser!, a subir la montaña más alta del mundo. El Monte Everest, 8 mil 848,86 metros (29 032 pies) sobre el nivel del mar, en el corazón de la cordillera de Los Himalaya, ha puesto en alto la bandera tricolor, que hoy ondea en esta cumbre llena de nieve y perpetuas oscuridades y secretos.

Desde montacargas hasta vehículos del transporte público. Ellas toman su espacio

Entre el ruido del tortuoso tránsito urbano de las calles citadinas, ellas se abren paso. Son las arriesgadas que trabajan en el transporte público tanto de carros de “concho”, hasta grandes autobuses interurbanos, sin dejar de lado a las mujeres que trabajan en la conducción de camiones recolectores de basura.

Este segmento poblacional de mujeres que han asumido labores “masculinas”, representan entre el 1 y el 7 por ciento del total de quienes trabajan en el transporte, según datos de la Organización Mundial del Trabajo. Aunque la responsabilidad y seguridad son la tónica de estas esforzadas trabajadoras que buscan el pan de cada día entre los peligros del caótico tránsito nacional, constituyen una ínfima parte en comparación con los hombres, pero avanzan.

“Encontrar trabajo es mucho más difícil para la mujer que para el hombre en todo el mundo. Cuando la mujer trabaja, suele hacerlo en puestos de baja categoría y en condiciones de vulnerabilidad, y se prevé pocos avances a corto plazo”, la información proviene del informe La brecha de género en el empleo: ¿qué frena el avance de la mujer?, publicado por la OIT en enero de 2018 y actualizado en marzo de ese mismo año.

Madres, laboriosas, cada una en su campo de acción, no dejan de admirar a una sociedad acostumbrada a la supremacía masculina. Un aplauso final para esas arriesgadas, osadas y muy particulares mujeres que han hecho camino, camino al andar, alcanzando sus propias metas y sueños, a despecho del qué dirán.

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