Genera preocupación la posible existencia en el país de la modalidad de secuestro en el crimen organizado. Acontecimientos recientes evidencian la necesidad de prestar debida atención para evitar el auge de este delito. Este esquema criminal es considerado atípico en la República Dominicana donde podríamos considerar, un gran porcentaje de las denuncias de presuntos secuestros culminan arrojando autosecuestro o cualquier tipo de delito.
El caso del secuestro de una adolescente de 15 años en Villa Tapia concentró la atención de las autoridades de la región norte el pasado fin de semana. La menor habría sido raptada violentamente el viernes 10 en un vehículo, abandonado posteriormente en el distrito municipal de Cenoví, en San Francisco de Macorís, provincia Duarte, y que según fuentes corresponde al padre de la menor.
Durante la búsqueda, la madre de la menor, Yamilka Carela Cruz, afirmaba que el origen del secuestro de su hija podrían ser consecuencias de acciones de su progenitor. Carela Cruz manifestó entre llantos: «Mi bebé es una niña inocente que no sabe de nada de eso, ni siquiera tiene vínculos con su papá, vive con su abuela, apenas 15 añitos para pagar por lo que otros hagan, que me la devuelvan sana.»
La madre argumentaba que su hija no tenía relación con el conflicto, clamando que volviera sana y salva. Circulaba la versión de que el origen del conflicto era una deuda entre el padre de la menor y personas de dudosos vínculos.
La noche del pasado domingo 12, circuló en redes sociales la información de que la niña secuestrada ya se encontraba sana y salva con sus familiares. Posteriormente, la Policía Nacional informó que John Freddy Medina Arrieta, ciudadano colombiano de 36 años, presunto autor material del secuestro, fue abatido al enfrentarse a tiros con agentes de la DICRIM en Baní, provincia de Peravia, el lunes por la mañana.
El informe policial indica que Medina Arrieta es el presunto autor material del secuestro de la adolescente y de un hombre llamado Luis Rafael Domínguez, de quien se desconocen detalles, ya que su supuesto secuestro no fue reportado en medios nacionales.
La relación de estos hechos plantea como interrogante que la modalidad del secuestro o/y «narcosecuestro» haya llegado a la República Dominicana. Estamos a la espera de más información y pesquisas correspondientes a este complejo escenario que debería preocupar a toda la sociedad dominicana.