Panorama Nacional.-El pasado 19 de febrero del presente año, en el municipio de Palmar de Ocoa, fue asesinado el empresario inmobiliario Miguel Ángel Santana Contreras. Contreras fue golpeado hasta la muerte en su casa de veraneo y su cadáver fue descubierto por familiares que, al no localizarlo, acudieron a buscarlo, encontrando su cuerpo en una cisterna. Estamos en el mes de mayo y resulta extraño que aún no se haya concluido el proceso de investigación, del que se dijo que fue presuntamente cometido por unos haitianos que trabajaban en su residencia.
Llama la atención que, a tres meses del hecho, la policía no haya dado con el paradero de los posibles asesinos, mientras estos siguen usando sus mismos números de teléfonos y niegan a los familiares del occiso los hechos. Los familiares no han recibido un reporte de una investigación concreta sobre este caso.
Resulta aún más curioso que, antes de su fallecimiento, se registraran a su nombre unas supuestas operaciones y transferencias inmobiliarias que despojaron a la víctima de la misma casa veraniega donde fue asesinado, y propiedad donde contaba con la asistencia de esos empleados.
El punto inicial de la investigación debe ser la identificación de las primeras personas en presentarse en la escena del crimen. Fuentes indican que algunas personas que manifestaron dolor por este fallecimiento han estado enfocadas en controlar y apropiarse del mencionado inmueble, aparentemente mostrando mayor interés en los bienes del fallecido que en colaborar con el avance de una investigación que aún permanece inconclusa y sin el interés de las autoridades.
¿Quiénes estarán detrás de este horrendo crimen? ¿Habrá autores intelectuales en el hecho? ¿Por qué la Policía Nacional no ha profundizado en la búsqueda de los responsables de este vil asesinato?