2:38 en la tarde, el sol está radiante como cualquier otro día en Santo Domingo, pero pica menos por la temporada del año. Sin embargo, los rayos queman igual el torso de don Olegario que, descubierto, esperaba el primer cliente del día.
“Mira la hora que es y todavía nadie había venido”, me dice con un estómago, que de no haber sido por la señora de la paletera de la esquina que le brindó un café estaría todavía en ayunas.
Aunque su negocio está señalizado en plena avenida Isabel Aguiar, no todos los días alguien se para a tapar o comprarle una goma usada.
Conmigo hará los primeros 200 pesos del día y algo más por la propina. Por suerte, no paga casa, ni tiene hijos que mantener, solo se preocupa por sobrevivir con esa gomera que instaló al lado de su casa, en ese callejón de Herrera, luego de que fuera despedido de la empresa en la que trabajaba como conserje hace ya más de 10 años, con los chelitos de la liquidación se puso a tapar gomas y así sobrevive, con el día a día.
¿Seguro médico? No tiene. ¿Pensión? No califica. ¿Necesidades? Tiene muchas, pero en el sistema en el que vivimos él es solo un número, uno más que la sociedad desecha luego de servir en sus años de juventud: el bagazo residual después de exprimir el jugo.
En sus 63 años solo se preocupó por trabajar, nunca pudo ahorrar. Sus hijos son también chiriperos que muy rara vez pueden ayudarlo consiguiendo los medicamentos para su diabetes. Él sabe poco de letras, no conoce nada sobre las pensiones solidarias establecidas en la Ley de Seguridad Social, cuyo caso calificaría perfectamente.
“Ahora en diciembre me llegó una tarjeta del bono navideño, pero eso es de vez en cuando. Yo me la tengo que buscar aquí mientras tanto”, me cuenta mientras prueba lo primero sólido del día: un refresco y un bizcochito para “hacer estómago”.
Una realidad desigual
Historias como la de don Olegario viven muchos dominicanos. Otros, un poco más afortunados, reciben una pensión del IDSS (Instituto Dominicano de Seguros Sociales) de 10,000 pesos al mes, sin seguro médico, pasando también situaciones de calamidad.
No obstante, personas que de una u otra manera se vinculan a la política, en especial quienes han ocupado un cargo público, tienen una realidad diferente. Sus pensiones, otorgadas por el poder que confiere la Ley 379-81 al presidente de la República, son hasta 1,200 por ciento más altas que las que devengan los ciudadanos ordinarios.
Los privilegios que da el poder y la cercanía a él también permiten a otros gestionar pensiones para allegados, así como aumentos de las mismas para lo que solo se necesita un decreto del ejecutivo.
La ley establece que el Presidente puede otorgar pensiones a quienes “no tengan la edad ni el tiempo de servicio señalado en el Artículo 1ero. (al menos 20 años de servicio y 60 de edad a funcionarios y empleados civiles que hayan prestado servicios en cualquier institución o dependencia del Estado), pero que tengan cinco años o más de servicio”.
En ese sentido, quien sirvió al Estado entre 5 y 15 años, como mínimo, debería obtener una pensión equivalente al 70% del promedio del sueldo de los últimos tres años. La mayor prestación se obtiene al servir entre treinta a 35 años y 60 años de edad o también teniendo más de 35 de años de servicios; en ambos casos se otorga una pensión equivalente al 80% del promedio de salario mensual en los últimos tres años. En el caso de Quezada Félix recibió el 120% de su último sueldo.
Antes se guardaban un poco más las formas, puesto que dos años antes la viuda del merenguero Johnny Ventura, Nelly Josefina Flores, fue pensionada con 75,000 pesos a través de la ordenanza presidencial 674-21, un decreto que no fue difundido por la Dirección de Comunicación Estratégica del Palacio Nacional.
Los valiosos compañeros
El gobierno del cambio no ha escapado a las pensiones preferenciales que se otorga a amistades; en agosto del año pasado le fue asignada una pensión a Leónidas Caraballo Caba por un monto de 100,000 pesos, luego de que este fuera director general de Desarrollo Fronterizo durante el gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004). Caraballo actualmente preside el Consejo de Administración de la Presa Monción (Conapremon), organismo creado mediante el decreto 956-01 y que recibe fondos para gestionar ese embalse.
Además de haber sido funcionario en ese gobierno del hoy PRM hace 20 años, Caraballo es el padre de Aura Mireya Caraballo, actual miembro del Consejo de la Superintendencia de Electricidad, donde devenga un salario de RD$508,741.23, el cual fue aumentado inmediatamente asumió el cargo, lo que causó un gran revuelo en ese momento.
El salario original para esa posición era de RD$446,412 y fue aumentado alrededor de un 20 por ciento en 2021, siendo revocado días después, aunque hoy sus honorarios superan el medio millón de pesos.
Así como Caraballo Caba sucedió con Modesto Reynoso, quien estuvo al frente de la Dirección General de Desarrollo de la Comunidad (DGDC) durante el período de Mejía y recientemente su pensión fue aumentada a RD$100,000 tras el decreto 56-22 emitido por el presidente Abinader.
Reynoso fue uno de los miembros excluidos de la Comisión Ejecutiva Nacional del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en 2013, uno de los casos que dio al traste con la mayoría de los dirigentes importantes de esa organización política para fundar a la postre el PRM.
En la investigación que realizamos, Reynoso solo ha ocupado ese cargo en la administración pública, por lo que al no haber cumplido al menos cinco años como servidor público no calificaría para una pensión especial.
Algo parecido pasó con Ondina del Tejo de Bonetti, miembro de la Corriente Moral de PRD que le hacía frente en ese entonces al presidente Miguel Vargas Maldonado. Del Tejo fue pensionada con 150,000 pesos en el decreto 68-24.
Ya en el PRM, Fidelina Altagracia Méndez, una de las candidatas a ser subsecretaria nacional de esa organización en el año 2018 recibió una pensión de RD$120,000 en el año 2023, cuando todavía su hija Carolina Serrata estaba al frente de la Dirección de Información de Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA). El decreto 449-23 contiene la disposición.
Aprovechando las oportunidades
Con la llegada del presidente Luis Abinader al poder en agosto de 2020 llegó con él un grupo de funcionarios de su confianza,
Cruz María Ynmaculada Olivares Martínez fue una servidora pública desde los gobiernos de Leonel Fernández, llegando a trabajar en el antedespacho de la primera dama Margarita Cedeño, así como asistente financiera de la vicepresidencia de la República, entre 2012 y 2016, y como directora del Centro de Gestión Documental del Ministerio Administrativo de la Presidencia en el primer período del PRM.
Su nombre figura en la tristemente célebre lista de beneficiarios de apartamentos de la Torre Progreso en 2012, los cuales en su mayoría fueron entregados por vínculos al anillo palaciego y no necesariamente por meritocracia.
El año pasado, tras ostentar su última posición en el Estado donde ingresaba por concepto de sueldo RD$114,964.13, fue pensionada con 120 mil pesos a través del decreto 294-24, es decir, un monto mayor a su salario.
Asimismo, el decreto 105-24 favorece a Armando Telésforo Rodríguez Pelegrín (Mandín) con una pensión de 120 mil pesos. Rodríguez es un empresario turístico de Puerto Plata y fue viceministro de Turismo.
A nivel político, Rodríguez Pelegrín presidió el Comité Pro Puerto Plata, así como el Movimiento Participación Nacional (PANA), que realizaba oposición a los gobiernos del PLD y que más tarde endosó su apoyo a Luis Abinader en la campaña de 2020, aunque con otra directiva.
Exorbitantes
Un caso curioso ocurrió con el decreto 48-22, que ordena una pensión de 120 mil pesos para Pedro Reynoso Jiménez, quien ya se había jubilado por antigüedad en el servicio en 1996 con RD$60,000, aunque originalmente fue de RD$10,000, de acuerdo al decreto 286-96. Reynoso suspendió este beneficio para trabajar en la Liga Municipal Dominicana (LMD) con un salario de RD$180,000.
La orden ejecutiva tiene un anexo en el que aclara al mandatario que el reajuste de la pensión como establece la ley la hubiese aumentado a 88 mil pesos, pero también plantea la opción de una pensión especial para Reynoso de RD$148,000, a lo que el Presidente con un “proceder” a puño y letra ordena los RD$120,000 de su pensión.
Poco más de cuatro meses después, el 29 de junio de 2022, la LMD emitió una resolución designando a Reynoso de manera honorífica como director del Consejo Directivo.
Reynoso Jiménez fue secretario de Finanzas (hoy ministro de Hacienda), secretario general de la LMD, así como presidente del Consejo de Directores del Banco de Reservas, entre otros cargos que ocupó por más de 50 años en el servicio público.
Envejecer en República Dominicana es casi una sentencia de muerte; los trabajadores llegan al final de su vida laboral sin una pensión para sobrevivir dignamente, no les alcanza para garantizar la compra de medicamentos ni alimentos, mientras que a otros solo les basta con ser amigo o allegado del Gobierno para garantizar su futuro con sumas exorbitantes. Un sistema desigual que tristemente se impone en la manera de gobernar.
Pensiones especiales
Peng Kiam Miguel Sang Ben RD$90,000
Luis Antonio Echevarría Yapor RD$120,000
Ana Silvia García de Almonte RD$120,000
Diones Maribel González Medrano de Sánchez RD$120,000
Cruz María Ynmaculada Olivares Martínez RD$125,000
Delio Irene Gómez Ochoa RD$130,000
Rafael Antonio Báez Pérez RD$150,000
Amable Arturo Padilla Guerrero RD$150,000
Sandra Maribel Mancebo Sánchez RD$150,000
Dolores Margarita Cedeño Pérez RD$150,000
Hugo Maximiliano Guiliani Cury RD$150,000
Manuel De Jesús Morales Lama RD$150,000
Héctor Galván Suzaña RD$150,000
Mercedes Casilda C. Cabral de Arcalá RD$150,000
Abigail Mejía Ricart C. de Eklund RD$150,000
Luisa Angélica Sherezada Vicioso Sánchez RD$150,000
Ondina del Tejo de Bonetti RD$150,000
Reymundo Antonio Garrido Lantigua RD$150,000
Lourdes Gisela Antonia Victoria Reyna RD$150,000
Manuel Bernardo Díaz Franjul RD$150,000
Julia Carolina Torrens Desjardeins RD$150,000
Laura Virginia Ramona Faxas Vargas de Jorgensen RD$150,000
Altagracia Milagros Peña González de Bournigal RD$162,800
Carmen Rosa Morales Maldonado RD$185,190
Gabriel Alcange Castro González RD$200,000
Luis Naut RD$170,000
Amado Amable Nadal Gómez RD$150,000
Nolberto Luis Soto RD$150,000
Luis Emilio Montalvo Arzeno RD$150,000
Ramón de la Antigua Flores García RD$120,000
Fernando Ernesto Mangual Navarro RD$120,000
José Napoleón Domínguez Arias RD$120,000