Panorama Deportivo.— Anthony Edwards se acercó para estrecharle la mano a Julius Randle durante la entrevista televisiva posterior al partido. Ambos sellaron otra serie dominante para Minnesota en estos playoffs de la NBA.
Randle anotó 29 puntos con 13 de 18 en tiros de campo para clasificar a los Timberwolves a la final de la Conferencia Oeste por segundo año consecutivo con una victoria por 121-110 sobre los Golden State Warriors en el quinto partido el miércoles por la noche.
Edwards anotó 22 puntos y 12 asistencias para los Wolves, sextos cabezas de serie, que se enfrentarán al ganador del partido Denver-Oklahoma City. Podrían tener cinco días libres si los Nuggets vencen a los Thunder el jueves y fuerzan un séptimo partido en la otra serie de semifinales del Oeste.
Brandin Podziemski anotó 28 puntos, su mejor marca personal en playoffs, para los Warriors, que volvieron a jugar sin su estrella Stephen Curry debido a una distensión en el tendón de la corva que lo obligó a abandonar el segundo cuarto del primer partido y que debilitó por completo su ofensiva.
Jonathan Kuminga aportó otro impulso de energía desde la banca con 26 puntos, pero la actuación de Podziemski llegó demasiado tarde y la producción de Jimmy Butler y Buddy Hield fue consistentemente insuficiente después de liderar la victoria inicial de la serie.
Golden State representó un desafío defensivo mucho mayor que Los Angeles Lakers para Minnesota durante su serie de cinco partidos en la primera ronda, pero la colección de anotadores de todos los niveles que los Wolves pueden lanzarle a un oponente cuando mueven el balón y marcan el ritmo simplemente desgastó a los Warriors a lo largo de la serie.
Rudy Gobert fue una potencia cerca del aro con 17 puntos, Mike Conley tuvo 16 puntos y ocho asistencias, y Donte DiVincenzo salió de una mala racha con 13 puntos, mientras que los Wolves lanzaron un asombroso 77% en tiros de dos puntos (36 de 47). Establecieron récords de la franquicia en postemporada en asistencias (36) y porcentaje de tiros de campo (62.8%).
Los partidos decisivos de una serie a veces pueden ser los más difíciles de ganar, pero los Wolves jugaron con una ferocidad, sumada a su puntería, que prácticamente presagiaba la victoria. Randle mantuvo su magnífica actuación en la postemporada, aportando energía y producción de forma constante.
Los Wolves ampliaron su ventaja hasta los 25 puntos en el tercer cuarto, suficiente para resistir el empuje final de los Warriors que los dejó 99-90 con 7:11 por jugar. Pero Edwards respondió con un triple, y la afición empezó a corear «¡Wolves en 5! ¡Wolves en 5!» con los rugidos por cada canasta que los acercaba a la victoria.