Panorama Internacional. La Fiscalía pidió este lunes 20 años de prisión, la pena máxima en Francia por el delito de violación, para Dominique Pelicot, por haber abusado durante 10 años de su esposa, a la que drogaba con somníferos y a la que ofreció a decenas de hombres para que también abusaran de ella.
La fiscal del Tribunal de Apelación de Aviñón (sureste de Francia) Laure Chabaud pidió esa pena máxima “con la mayor convicción”, y lo justificó por la psicología de Dominique Pelicot, al que describió como un hombre perverso, egocéntrico, perturbado, con múltiples desviaciones sexuales que quiso satisfacer sus deseos sin poner “ningún límite” y sin el consentimiento de la víctima.
La Fiscalía del juicio a los 51 hombres acusados de haber violado a Gisèle Pelicot a lo largo de 10 años drogada con ansiolíticos por el que era su marido insistió en su alegato que la mujer no dio su consentimiento en ningún momento y en que fue reducida a “un objeto” por los agresores.
“Gisèle Pelicot fue reducida a un objeto. El consentimiento no estuvo presente ni antes ni durante el acto”, señaló el fiscal Jean-François Mayet al comienzo de su requisitoria ante el Tribunal.
Mayet denunció la “degradación humillante” que sufrió Gisèle Pelicot a lo largo de casi 10 años, el tiempo en el que su marido de entonces, violador confeso de 71 años, la drogó con somníferos para dejarla completamente inconsciente e inerte y así poder abusar sexualmente de ella y ofrecerla a decenas de hombres.
El representante del Ministerio Público señaló el carácter “extraordinario” de este proceso iniciado el pasado 2 de septiembre, en el que se juzgan unos hechos de “gravedad inimaginable”.
Dominique Pelicot, que reconoce las acusaciones, tomó miles de fotos y vídeos de las violaciones, documentos que se han convertido en la prueba clave para condenar a estos hombres, que en su mayoría niegan los hechos.
En total, son 20.000 documentos visuales, recordó el fiscal, que ponen en evidencia la “extrema violencia de los crímenes”.
Los hechos que se juzgan se prolongaron entre julio 2011 y octubre de 2020, primero en la región parisina y más tarde en la casa a la que los Pelicot se habían mudado al jubilarse en la localidad de Mazan, cerca de Aviñón.
Dominique Pelicot entraba en contacto con otros hombres en una plataforma en línea y los invitaba a su domicilio, tras administrar a su víctima grandes dosis de ansiolíticos, que la dejaban inconsciente, lo que les permitía abusar de ella sin que guardara ningún recuerdo.
Todo terminó en septiembre de 2020 cuando él fue detenido por grabar bajo las faldas de unas mujeres en un supermercado de Carpentras y al registrar sus archivos informáticos los investigadores descubrieron miles de vídeos y fotos en los que aparecían las violaciones a las que sometió a la víctima.
Dominique Pelicot explicó en su última declaración el pasado martes que el motivo por el que drogó a su entonces mujer para violarla y ofrecerla a numerosos hombres durante diez años fue que quería “someterla sin hacerla sufrir”.
“Someter a una mujer insumisa era mi fantasía”, indicó este hombre que está acusado también de la violación y el asesinato de una mujer en 1991 y de otra tentativa de violación con arma blanca en 1999.
En una primera reacción a la petición fiscal ante la prensa, la abogada de Dominique Pelicot, Isabelle Zavarro, dijo que esperaba que se solicitara la máxima pena, pero mostró su sorpresa por las motivaciones, en concreto por la descripción que se hizo de su cliente.
“Me parece que la Fiscalía ha decidido alejarse un poco de la personalidad de Dominique Pelicot, que a mi juicio puede explicar algunas cosas”, comentó dando a entender que tiene intención de utilizar en su defensa algunos elementos de su biografía, como los supuestos abusos que dice haber sufrido él mismo cuando era niño y adolescente.
Durante el proceso, Gisèle Pelicot aseguró sentirse “completamente destruida” tras descubrir que fue víctima de violaciones sistemáticas durante casi una década. “No sé cómo me voy a levantar. No sé si mi vida dará para entender todo lo que me ha ocurrido”, admitió el pasado 23 de octubre.
Esta mujer de 71 años ya es un auténtico símbolo para el feminismo mundial, tras decidir que este juicio fuera público “para que la vergüenza cambie de bando” y que nunca más sean las víctimas las señaladas por haber sido violadas, sino los agresores.
Este sábado se volvieron a producir nuevas manifestaciones en toda Francia que reunieron a miles de personas en apoyo a Gisèle Pelicot y a todas las víctimas de violencia machista.
En total, 35.000 personas se concentraron en las principales ciudades del país, según la policía, aunque las entidades organizadoras elevaron la cifra a los 100.000 asistentes.
“Gracias a todos vosotros tengo fuerzas para llevar esta lucha hasta el final. Esta lucha que dedico a todas las personas, mujeres y hombres que en el mundo son víctimas de violencia sexual. A todas esas víctimas, quiero decir hoy, mirad a vuestro alrededor, no estáis solos”, dijo Gisèle Pelicot en el inicio de este juicio, tras una primera movilización en su apoyo.
El Gobierno francés tiene previsto anunciar este lunes, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nuevas medidas para combatir las violencias machistas que sufren las mujeres.
EFE