Panorama Nacional. Los concursos de belleza permiten a las jóvenes la oportunidad de exposición social y escalar profesionalmente, son parte de las incalculables variables que se desprenden de la belleza o estereotipos que se destacan en estas reñidas competencias que mezclan talento, facultad y carisma, con una cuota de sacrificio y sufrimiento.
Así lo analizó la psiquiatra Alexandra Hichez a raíz del desplante que sufrió la participante Miss México en el codiciado Miss Universo, desde otros matices muy apropiados como experta de la salud mental, la cual admitió que aprovecha estos concursos para estudiar la dinámica de estos certámenes.
Hichez ha participado en el Miss República Dominicana 2025 como asesora y consultora en materia de bienestar y salud mental, “una cosa es la que se ve y otra es la que se vive. Todas las chicas que entran al concurso de belleza en primera instancia quieren ganar. Otras en el proceso y trayecto se dan cuenta que deben ir modificando su objetivo”.
La experta dijo que esto pasa al detectar algunas variables no controladas como la elección, “me quedaré aquí porque me puede traducir la exposición y cambia mucho la elección, pero, hay un nivel de sufrimiento alto.
Este viernes Hichez recibió en su set, a Evelyn Pérez y a su hija, Rubby quien participó, recientemente, en Miss Caribe Universe en los Estados Unidos, la joven que funge como communitty manager de -Con todo al aire- para debatir de las realidades y el detrás de cámaras real que hay en los reinados o concursos de belleza.
Pérez se inició a los 18 años en los concursos de belleza, quien sinceró que llegó a sentir discriminación, “lo hice más para retarme y refinarme por ese miedo que yo sentía. Nunca pensé que ganaría. Me decían Betty La Fea”. Quien más gasta es quien se lleva la corona, afirmó la madre emprendedora.
“Hay muchos certámenes que se aprovechan de los sueños de esas niñas que invierten su tiempo y dinero, es un sacrificio muy grande. Muchas veces nos maltratan, nos quedamos calladas por el sueño”, adujo.
De su lado, Ruby Aeisha Collado, dijo que el modelaje llegó a su vida como un renacer tras el padecimiento de una enfermedad que oscurecía sus ilusiones de juventud y convertirse en una portavoz de la salud mental, como explicó su madre, Evelyn Pérez.
“Ruby alentó que: “Tuve muchas caídas, pero, me hizo descubrir dentro de mí un poder y cuando se tiene presión podemos utilizarlo. Este viaje cambió mi estilo de vida. Comiendo más saludable, siempre entrenando y lógicamente, y preparando mi español”, explicó.
El mensaje final para las jóvenes que incursionan en el modelaje es, tratar de aprovechar la experiencia para transformarse en una mujer donde la única competencia sea la propia persona.
Madre e hija concluyeron que la identidad es la que define las vidas y que el mundo no cambia cuando se quiere, si no cuando desde adentro se cambia, “hay que vivir las emociones para no quedarte chiquita”.