Las relaciones dominico-haitianas han sido históricamente complejas y a menudo tensas. Según medios y organizaciones internacionales, el vínculo entre los países vecinos ha estado marcado por «prejuicios, estereotipos y discriminación».
La comunidad internacional se enfoca especialmente en los haitianos que han tenido que emigrar a República Dominicana debido a la violencia, la inestabilidad económica y política, así como otros problemas que sufre Haití. Emigrantes víctimas de la burocracia y la inequidad en su propio país, que encuentran refugio en la nación vecina.
Organismos como Amnistía Internacional, han sentenciado que «República Dominicana debe frenar la política migratoria discriminatoria» contra los haitianos residentes en el país.
En «una carta abierta» remitida al presidente de República Dominicana, Luis Abinader, la entidad solicitó «poner fin a las violaciones de derechos humanos hacia los haitianos», especialmente los dominicanos de ascendencia haitiana y «personas negras en la implementación de políticas migratorias de facto racistas».
«En este momento crucial, es imperativo que República Dominicana se comprometa a construir una sociedad antirracista», afirmó Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Al respecto, las autoridades dominicanas han calificado estas acusaciones de abusivas. La Dirección General de Migración, en voz de su director Venancio Alcántara, manifestó que el informe es desconsiderado y negó que existan maltratos a los extranjeros que son trasladados a su país de origen.
“República Dominicana ha demostrado con hechos que es el más interesado en que Haití salga de su crisis, incluso el presidente Luis Abinader ha dado pasos contundentes y concretos al plantear a la comunidad internacional que asuma con carácter de urgencia la solución a la inestabilidad en el vecino país que genera la violencia que se vive en estos momentos”, precisó Venancio Alcántara según registros de medios locales.
Pero, ¿qué piensan aquellos haitianos que han hecho vida aquí y se han desarrollado en esta nación?
Panorama consultó a algunos haitianos qué piensan de República Dominicana y qué oportunidades, tanto a nivel personal como laboral, han encontrado aquí. Sus respuestas contradicen lo que por años el país ha sido acusado.
Amos Massolas, quien tiene 14 años residiendo en el país, es un destacado chef de origen haitiano, que ofrece sus delicias culinarias a domicilio y también a nivel empresarial. Él afirmó que en el país pudo desarrollarse y formarse como gastrónomo.
«Yo decidí emigrar a este país porque quería estudiar y me estoy especializando en ser un buen cocinero o chef. Estoy trabajando dentro de mi área y tengo un pequeño emprendimiento de llevar mis preparaciones por pedidos a domicilio», añadió.
También explicó que le va bien en esta nación porque no ha tenido problemas con nadie ni con la ley, y afirmó que nunca ha sentido el rechazo de los dominicanos hacia él, sintiéndose muy seguro viviendo en el país.
«Solamente una vez me atracaron, y es una realidad para todos los que viven aquí, pero después de eso me siento muy bien en este país», dijo el joven quien vive alquilado en una casa ubicada en Bayona, Santo Domingo Oeste, propiedad de una dominicana de quien dijo nunca ha sido discriminado ni ha recibido un trato racista, aunque es blanca.
Nos desplazamos al Pequeño Haití, ubicado en Santo Domingo, donde haitianos y dominicanos conviven en un área comercial desarrollada hace cerca de 50 años. Allí conversamos con la haitiana Olivie SaintClair, quien tiene una tienda en el pequeño Haití donde comercializa productos de todas las variedades. Dijo a Panorama que tiene 23 años residiendo en el país y que está casada con un dominicano con quien tiene cuatro hijos. Gracias al trabajo de ella y su esposo, tienen su casa propia.
«Yo tengo 20 años con mi negocio y lo abro todos los días a las siete de la mañana y ya a las cinco estoy cerrando. Nunca he tenido problemas con nadie y sé que hay haitianos que hablan muy mal del país, pero yo no, porque este país me ha dado de comer y he podido criar a mis hijos bien. Ellos han estudiado y los tengo en la universidad sin ningún inconveniente», agregó.
Seguimos caminando en el Pequeño Haití y conversamos con Fernando Elam, quien tiene dos años viviendo en el país y asegura que no puede generalizar el trato que recibe, porque depende de las personas con las que comparta. Trabaja como conserje en una compañía privada para ayudar a su familia que se encuentra en Haití.
“Mire, yo tengo dos años aquí y hasta ahora, yo hago limpieza ahí, trabajo de día y de noche y los jefes no me han tratado mal. También depende con quién haga amistad, no puedo generalizar”, apuntó.
También en el lugar, encontramos la señora Susana Gerseno, de 84 años, quien llegó a República Dominicana en el año 1984. Durante su tiempo en el país, tuvo un negocio de comidas y ahora cuenta con su propio negocio en el Pequeño Haití, donde se dedica a vender ropa, calzados y varios artículos.
Dijo que tiene dos hijos nacidos aquí, a quienes pudo criar con su trabajo en territorio dominicano. Hoy día son hombres y mujeres de bien. Además, tiene dos nietos, uno de 8 años y otro de 12.
“A mí me compran gracias a Dios, sea dominicano o haitiano. Mis hijos nacieron aquí y no saben nada de Haití”, agregó.
También expresó que los dominicanos la han tratado bien y no comprende cómo sus compatriotas hablan mal del país: “Todos los dominicanos son como mis hermanos, Haití es insano en su comportamiento con el país. Para mí todos los dominicanos son de bien, no tengo nada malo que decir”, añadió.
Salimos del Pequeño Haití para seguir preguntando a todo haitiano que encontramos. Uno que quiso permanecer en el anonimato, vive en la República Dominicana desde el año 2005 y se ha dedicado a impartir docencia. Aseguró que se ha sentido bien residiendo en territorio dominicano.
«Aquí he podido desarrollarme profesionalmente y también me ha brindado oportunidades de trabajo y formación espiritual porque soy cristiano y me congrego en una iglesia. Estoy muy agradecido de lo que me ha dado este país», afirmó.
Además, dijo que, se siente aceptado por la sociedad dominicana y apoyado en su comunidad haitiana afincada en el país.
Haitianos en la zona este de RD
Scarlnin Dalmatie, 32 años
Nació en Haití, en Cabo Haitiano y sus padres lo trajeron a República Dominicana a los tres años. Es estudiante de Comunicación Social en la UASD-Higüey y confirma que nunca se ha sentido discriminado.
Practica deporte, le apasiona el maratón y jugar Fútbol. Dalmatie se encuentra legal en el país porque sus padres lograron adquirir documentos. Confiesa a Panorama que no tiene pensado volver a Haití y siente que República Dominicana es su país, el que ama y defiende.
Stalin Pie, 29 años: Obrero de la Construcción y echa día en cualquier actividad informal
«Yo nací en RD, pero mis padres son ambos haitianos y llegaron ilegalmente; estoy feliz en este país, porque me ha permitido trabajar. Fui una vez a Haití cuando tenía unos cinco años, pero no me interesa volver por el momento», manifiesta al tiempo de confesar que desea algún día tener sus papeles y “vivir aquí siempre”.
De todos los entrevistados, solo Pie fijo que ha sido apresado por agentes de Migración y que ha debido darles dinero para retornar. Al respecto, cabe destacar que también algunos dominicanos denuncian policías que piden dinero para dejarlos en libertad, lo cual evidencia que no es un problema de racismo sino más bien del sistema.
Reciben mayor cantidad de residencias
Según datos de la Dirección General de Migración, en República Dominicana, entre 2020 y 2024, se emitieron un total de 211,897 documentos de residencia a extranjeros, siendo el año 2022 el de mayor número de registros, alcanzando 66,581 residentes.
En este período, los haitianos ocuparon el primer lugar en obtener documentos de residencia legal en el país, con un total de 78,268 residentes legales.
Asimismo, los haitianos también encabezaron las deportaciones, con un total de 24,034 personas deportadas a su país de origen, debido a la entrada sin documentos.
Pedro Amadeus, es un haitiano que reside en República Dominicana desde hace 30 años. Se especializa en la enseñanza de idiomas en un colegio y en una universidad privada de la Capital. Está casado con una dominicana y tienen tres hijos de 24, 22 y 20 años, quienes actualmente están cursando estudios superiores y trabajando.
Amadeus manifiesta que agradece al país el 50% de su éxito en todos los ámbitos de la vida.
«Aquí en el país lo que hice fue estudiar y salir adelante, y los dominicanos me han tratado bien en todos estos años que llevo viviendo aquí. Todo lo que puedo decir de este país es positivo: una nación acogedora, sensible y que ayuda a los demás. Sobre todo, la hospitalidad que brinda al extranjero. Me siento tan seguro aquí que le doy en seguridad un 95%,” agregó.
Haitianos y la fuerza laboral en el país
En República Dominicana, se estima que más de un millón de ciudadanos haitianos se encuentran realizando diversas labores en el sector formal e informal. A este número se suman miles de extranjeros de otras nacionalidades, algunos de los cuales se hallan en situación irregular. ¿Es la informalidad una forma de maltrato? de ser así, también son maltratados millones de dominicanos que trabajan en esta modalidad.
Las estadísticas oficiales revelan que, hasta marzo de este año, de los 2,360,434 trabajadores formales, el 1.6% son extranjeros que cotizan a la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), sumando un total de 37,686 trabajadores.
De estos, 16,647 son de nacionalidad haitiana, dentro de un grupo de 36,657 trabajadores que, debido a que algunos tienen más de un empleo, alcanzan los 37,686 cotizantes. Esto indica que los haitianos representan el 45.4% del total de empleados extranjeros formales y el 0.7% del total de trabajadores formales.
Adela Joseph, es haitiana, no cotiza en la TSS, pero cuenta con un empleo seguro en República Dominicana. Tiene 11 años en este lado de la isla y en la actualidad trabaja en una casa de familia como doméstica. Está casada con un dominicano, con quien tiene una niña y una casa propia, pero piensa que no podrá residir aquí mucho tiempo.
“La mayoría de mis familiares están en Estados Unidos y yo me siento bien aquí, porque en lo personal a mí los dominicanos me han tratado bien. Estoy trabajando y todo está bien, incluso en los pagos”, agregó.
Dijo que le gustaría que Haití se organizara en cuanto a paz, seguridad y un nuevo gobierno, de no ser así, no regresaría a su patria.
La incertidumbre sobre regresar a Haití debido a la violencia, inestabilidad política y desorden social afecta a la comunidad haitiana en RD, especialmente a quienes no tienen la documentación necesaria, como visa de trabajo o residencia, y podrían ser deportados, pues no cumplen con los requisitos del país, que como otras naciones cuenta con reglas migratorias.
Los haitianos consultados, en general, manifestaron el buen trato que les dan los dominicanos con quienes se evidencia existe una convivencia laboral, de amistad y en algunos casos hasta afectiva que concluye en matrimonio y procreación de hijos.