A las 10:00 de la mañana, las alarmas sonaron al unísono en todo el país. Oficinas, escuelas, hospitales, empresas y comunidades detuvieron su rutina por unos minutos. No fue una emergencia real, pero sí un ejercicio de conciencia: el Simulacro Nacional por Sismos.
Más que una práctica, fue una lección. En cada provincia, miles de dominicanos pusieron a prueba su capacidad de respuesta, demostrando que de la prevención también se aprende.
Este simulacro, coordinado por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) junto a instituciones del Estado, busca fortalecer la cultura de gestión del riesgo y recordar que vivimos en una zona sísmica donde estar preparados puede marcar la diferencia entre el caos y la protección.
Cada edificio evacuado, cada ruta de salida identificada y cada ciudadano que participó representan un paso más hacia un país más consciente, más seguro y más solidario.
Porque prevenir no es temer, es aprender a actuar antes de que ocurra lo inesperado.
Del miedo al aprendizaje, la República Dominicana debe aprender que la preparación es también una forma de cuidar la vida.
