Panorama Salud. El estrés es uno de los factores más comunes que afecta directamente la salud del cabello. Cuando el cuerpo se mantiene en estado de tensión por mucho tiempo, los folículos capilares pueden debilitarse, provocando caída excesiva, adelgazamiento y pérdida de brillo. Aunque este proceso puede preocupar, existen métodos sencillos y efectivos para controlar el estrés y ayudar al cabello a recuperarse.
Para comenzar, es fundamental identificar las situaciones que provocan ansiedad: exceso de trabajo, problemas personales o falta de descanso. Una vez reconocidas, se pueden aplicar técnicas de relajación como respiración profunda, meditación o estiramientos suaves. Actividades como caminar, hacer ejercicio o practicar yoga también ayudan a disminuir los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés.
Dormir lo suficiente es otra herramienta poderosa. El cuerpo se regenera durante el sueño, incluyendo el cabello. Al mejorar los hábitos de descanso, la caída suele disminuir gradualmente.
El cuidado del cabello también juega un papel importante. Mantener una alimentación equilibrada rica en vitaminas del complejo B, hierro y proteínas fortalece los folículos. Además, masajear el cuero cabelludo durante el baño mejora la circulación y favorece el crecimiento. Evitar el uso excesivo de planchas, secadoras o peinados muy apretados también reduce el daño.