El comercio entre la República Dominicana y Haití es de gran importancia para ambas naciones, que comparten la isla de La Española en el Caribe. Esta relación comercial ha evolucionado con el tiempo, reflejando tanto las oportunidades como los desafíos que enfrentan los países.
Haití es uno de los principales destinos de las exportaciones dominicanas. Productos farmacéuticos, alimentos, materiales de construcción y textiles dominicanos son vitales para el mercado haitiano. A su vez, Haití exporta a la República Dominicana productos agrícolas, artesanías y textiles.
“Ese mercado de Haití para los productores avícolas es de suma importancia. A ese mercado llegan más de 30 millones de huevos mensuales desde la República Dominicana”, indicó Ambiorix Cabrera, presidente de la Asociación de Pequeños Productores Avícolas Moca-Licey (Approamoli).
Cada mes, los dominicanos consumen más de 19 millones de unidades de pollo, lo que refleja la importancia de esta carne en la gastronomía.
Esta elevada demanda no solo es un indicador de las preferencias alimenticias de la población, sino que también impulsa significativamente la economía nacional. La industria avícola en República Dominicana genera una producción anual que superan los 1,000 millones de dólares, proveniente de las numerosas granjas que se extienden por todo el territorio. Este sector no solo abastece el mercado interno, sino que abastece a gran parte del mercado haitiano.
A juicio de Cabrera, Haití es el principal socio comercial de República Dominicana, representando más de 3,000 millones de pesos al año.
En promedio, República Dominicana exporta hacia Haití US$871.25 millones por año desde 2016
Merma en intercambio comercial
En los primeros cinco meses de 2024, debido a la inestabilidad que enfrenta el territorio haitiano, las exportaciones dominicanas hacia Haití registraron un decrecimiento de -19.1 %, en comparación con igual periodo de 2023, cuando entre enero-mayo de 2024 el total exportado fue de US$355.5 millones. De ese total, US$132.3 millones corresponden al régimen de zonas francas y US$207.0 millones a las exportaciones nacionales. Lo que resta, se divide en US$10.6 millones en admisión temporal y seis millones de reexportación.
Top 10 de productos exportados hacia el mercado haitiano de manera formal
La data del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (ProDominicana) detalla que los diez principales productos enviados a Haití desde la República Dominicana, hasta mayo, están encabezados por tejidos de algodón (US$41 millones); T -shirts y camisetas de puntos, de algodón (US$36 millones) y harina de trigo o de morcajo (US$20 millones).
Además, la República Dominicana envía cemento portland, normal o moderado, excluyendo blanco e incluye coloreado artificialmente (US$18 millones); aceite de soja “soya” y sus fracciones, incluyendo refinados, sin modificar químicamente (US$12 millones). También, pastas alimenticias sin cocer, rellenar ni preparar de otra forma, que contengan huevo (US$12 millones); etiquetas de toda clase: de papel o cartón, impresas (US$12 millones) y productos de panadería, pastelería o galletería, incluye en adición cacao, hostias, sellos (US$11 millones).
También, al mercado haitiano llegan las barras de hierro o acero sin alear, con muescas, cordones, huecos o relieves, producidos… (US$8 millones) y kétchup y demás salsas de tomate (US$7 millones).
La economía haitiana depende en gran medida de las importaciones, muchas de las cuales provienen de la República Dominicana. Este comercio es crucial para satisfacer la demanda de bienes y servicios en Haití, especialmente en áreas urbanas como Puerto Príncipe.
Desde el 2016 al 2023, la balanza comercial entre ambas naciones está muy inclinada hacia la República Dominicana, de US$6,970.0 millones, unos US$6,830.7 millones pertenecen a las exportaciones dominicanas y US$139.3 millones a las importaciones haitianas.
Otro panorama que describe la importancia del mercado haitiano para los dominicanos es que entre el 2020 y 2023, en promedio, Haití es el tercer socio comercial de Quisqueya al registrar, en ese periodo, US$3,618.7 millones, por debajo de Estados Unidos en un primer lugar con 23,424.8 millones de dólares en las exportaciones de bienes de la República Dominicana.
El segundo destino de los productos que salen desde la República Dominicana es Suiza con 3,970.8 millones de dólares entre el 2020 y 2023. Este destino se explica por el oro, de lo contrario, Haití sería el segundo socio comercial.
Mercado fronterizo
El mercado fronterizo que se celebra en localidades como Dajabón, Elías Piña, Independencia y Pedernales, es en su mayoría de manera informal.
En abril de 2021, el gobernador del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), Héctor Valdez Albizu, presentó el primer “Estudio económico del mercado fronterizo domínico-haitiano”.
En ese levantamiento se determinó que el flujo del comercio informal fronterizo entre la República Dominicana y Haití, ascendió a US$429.6 millones en el 2017, año en el que se hizo el estudio. De este monto, US$331.5 millones corresponden a exportaciones nacionales y US$98.1 millones a importaciones.
La data indica que el comercio informal se caracteriza por la exportación de productos agroindustriales como arroz puntilla, carne de pollo y pastas alimenticias y agrícolas como habichuelas, limones y plátanos, así como la importación de calzados y textiles.
“El comercio de Haití es sumamente importante para la República Dominicana, el problema es que, en su mayoría, ese intercambio es informal”, explica Sandy Herrera, productor en Rancho Arriba, provincia San José de Ocoa.
Entre un 10 y 15 % de la producción de los invernaderos en Ocoa se destina al mercado haitiano. Se estima que 350 hectáreas se dedican a la producción en Ocoa. De ese terreno salen aproximadamente 41.6 millones de libras de ajíes al mercado haitiano, cada año.
En Ocoa, cerca de 250 productores agropecuarios trabajan la tierra, quienes se levantan todos los días a realizar labores en el campo: algunos se manejan como empresas, otros no.
Cuando Haití tiene estabilidad, los precios de los productos son mejores, por ejemplo: el precio del saco de ajíes tiene cerca de cinco meses por debajo de la media normal o regular que ronda entre 1,500 y 1,800 pesos y ahora está entre 1,200 y 1,400 pesos. Esos precios son producto de la inestabilidad que vive Haití.
Freddy Morillo, presidente de la Federación Incorporada de Comerciantes de Dajabón, dijo a Panorama que el mercado trasfronterizo es lo que le da vida a Dajabón, emplea a miles de familias y ayuda al país de una manera importante porque ese es el destino de muchos productos dominicanos.
“Actualmente, muchos de los productos que se fabrican en la República Dominicana, se comercializan en el intercambio comercial con Haití que se celebra en la frontera”, indica.
El gran auge que han tenido renglones como los huevos, pollo, harina y otros productos manufacturados en el país se debe a que “contamos” con el nicho de Haití.
El comercio que se desarrolla a través de los puntos fronterizos presenta una ventaja significativa en comparación con las exportaciones aéreas, marítimas y terrestres formales: genera empleos en toda la línea, traduciendo en un beneficio directo para las comunidades cercanas.
“Haití es nuestro principal socio comercial porque los productos que llegan al mercado binacional benefician directamente a las comunidades locales, creando empleos y eso dinamiza la economía. Mientras está ese movimiento comercial las personas nunca piensan irse de esta zona, sino que quieren echar para adelante ahí mismo”, destacó.
Las condiciones de vida en la región fronteriza pueden ser difíciles. Muchas comunidades enfrentan problemas de pobreza, acceso limitado a servicios básicos como agua potable, electricidad y atención médica. Las oportunidades de empleo a menudo están vinculadas al comercio informal.
Ante los conflictos que afectan el intercambio comercial cada cierto tiempo, Morillo asegura que más de 200,000 familias viven del mercado binacional del lado dominicano, por lo que: “Buscamos la armonía entre los diferentes sectores para aprovechar cada día las oportunidades y potencialidades que ofrece el comercio fronterizo”.
Motivos de la inestabilidad
En los últimos años, el comercio con Haití se ha mantenido, pero con sus altas y bajas. Uno de los hechos que afectó gravemente el clima de negocio en Haití fue: el 7 de julio de 2021, cuando el entonces primer ministro de Haití, Jovenel Moise, fue brutalmente asesinado en su residencia ubicada a las afueras de Puerto Príncipe.
Desde ese momento, República Dominicana ha tenido varias veces que cerrar parte de la frontera. Estos cierres intermitentes destacan los desafíos de seguridad y las tensiones políticas que caracterizan la relación entre ambos países, así como la importancia estratégica de la frontera en la gestión de crisis y la protección de la estabilidad nacional.
Las tensiones en la frontera se agudizaron por el comportamiento de las bandas y, posteriormente, por la construcción de un canal de riego del lado haitiano, pero conectado al río Dajabón, también conocido como Masacre.
En septiembre de 2023, el Consejo de Seguridad Nacional de la República Dominicana, encabezado por el presidente Luis Abinader, tomó la decisión de cerrar completamente la frontera con Haití para el comercio terrestre, marítimo y aéreo. Esta medida entró en vigor el 15 de septiembre como respuesta a la construcción del referido canal, la cual generó preocupación y tensiones en la zona, tras ser vista por el gobierno dominicano como una acción que podría afectar significativamente el flujo de agua y los recursos naturales compartidos por ambos países.
También, el cierre de la frontera afectó a miles de comerciantes y residentes de ambos lados, quienes dependen del comercio binacional para su sustento diario. Las autoridades dominicanas mostraron su interés de dialogar y encontrar una solución pacífica al conflicto.
Las bandas
En los últimos años, Haití ha enfrentado una escalada en la actividad de bandas criminales, lo que ha sumido al país en una crisis de seguridad sin precedentes. La creciente influencia de esas bandas representa un grave problema para la estabilidad y el desarrollo del país, afectando a todas las esferas de la vida cotidiana. La inestabilidad política y la falta de gobernabilidad efectiva han permitido que las bandas llenen el vacío de poder en muchas áreas de esa nación.
Las agencias internacionales han resaltado la crisis de en Haití, los ataques armados a cuarteles e instituciones del Estado, mostrando al mundo el control de las pandillas en ese territorio.
Las cifras son alarmantes: se estima que el año pasado, las pandillas causaron 8,000 muertos y heridos y han logrado controlar un 80 % de Puerto Príncipe, así como otras áreas del país, según datos de la ONU. La expansión de estos grupos criminales y su influencia en la vida diaria de los haitianos representan una de las crisis más graves que ha sufrido esa nación.
El martes 25 de junio, llegó a Puerto Príncipe, Haití, las primeras tropas kenianas como parte de una misión internacional de seguridad destinada a restablecer la estabilidad en el país caribeño. Este primer grupo está compuesto por 400 agentes policiales.
La llegada de estas tropas es una respuesta a la solicitud de ayuda internacional por parte de las autoridades haitianas, quienes buscan erradicar la violencia de las bandas armadas y restablecer la seguridad en el país.
Se espera que este despliegue marque el comienzo de una nueva era de cooperación internacional y apoyo a Haití en su lucha por la estabilidad y la paz en ese territorio. Al volver la estabilidad a Haití, sus ciudadanos dejan de sufrir, se fortalece la fe hacia las autoridades políticas de esa nación y, también, se fortalecerá el intercambio comercial con otras naciones, incluyendo República Dominicana.
Zona comercial afectada
En términos comerciales, Freddy Morillo, presidente de la Federación Incorporada de Comerciantes de Dajabón, señala que cada vez que se complica la situación haitiana, las comunidades de ese país y las dominicanas cercanas a la línea fronteriza son las que sufren porque el comercio se detiene y al cerrarse el comercio se paralizan las actividades que generan el sustento de las personas que dependen del mercado.
“La dinámica es propia de dos países que colindan, que hacen frontera. Nosotros, tanto los haitianos como los dominicanos, tratamos de estar en armonía y nosotros no podemos vivir de espalda a los problemas y necesidades del pueblo haitiano”, indicó.
Factores que influyen en el comercio
Las políticas comerciales de ambos países, incluyendo aranceles e impuestos, afectan directamente el flujo de bienes. La República Dominicana ha implementado medidas para regular el comercio, mientras que Haití, a veces, ha impuesto restricciones temporales sobre ciertos productos dominicanos.
Además, la infraestructura fronteriza y las rutas de transporte juegan un papel crucial. Los mercados fronterizos, como el de Dajabón, son puntos clave para el comercio diario entre los dos países.
A pesar de los desafíos, existen oportunidades significativas para mejorar y expandir esta relación comercial a través de políticas económicas colaborativas, inversión en infraestructura y resolución de disputas diplomáticas. Fomentar un comercio más justo y equilibrado beneficiará no solo a ambas economías, sino también a la estabilidad y el desarrollo regional en el Caribe.