Panorama Salud._ El cansancio emocional afecta a personas de todas las edades y contextos, apareciendo incluso sin eventos traumáticos evidentes. Se manifiesta como pérdida de motivación, irritabilidad y dificultades de concentración, afectando tanto a trabajadores como a estudiantes en su vida cotidiana.
Especialistas señalan que este agotamiento no es signo de debilidad, sino una reacción fisiológica y psicológica al mantenimiento prolongado de exigencias, preocupaciones o emociones no procesadas. La activación constante del sistema nervioso y la liberación sostenida de cortisol generan un desgaste emocional comparable a la fatiga muscular.
Entre los síntomas más comunes se encuentran la irritabilidad, sensación de vacío, dificultades para tomar decisiones y desconexión con el placer. Estos signos no desaparecen con descanso físico y reflejan un límite interno, no un fallo personal. Reconocerlos es clave para prevenir problemas de salud mental más graves.
La investigación resalta la importancia de la inteligencia emocional y la validación de las emociones propias. Estrategias como la meditación, el contacto con la naturaleza, la respiración consciente y la práctica de autocuidado ayudan a regular el sistema nervioso y a recuperar la energía emocional.
En definitiva, el cansancio emocional es un aviso del cuerpo y la mente sobre los límites personales. Atenderlo implica pausas, autocompasión y apoyo profesional cuando sea necesario, priorizando la salud mental por encima de la autoexigencia constante.
Con información de Infobae